Un Pirincho diferente
Muchas veces me pregunté que es lo mejor de viajar.
Sin duda las experiencias vividas, esas cosas que nunca olvidas aunque pasen 10 años. Y para aficionados a la naturaleza como es mi caso, esos encuentros cercanos quedan grabados en la retina y me atrevo a decir hasta los huesos. Veniamos con mi familia bordeando la costa de rio Uruguay del lado uruguayo tratando de encontrar los Esteros del Farrapo, zona designada como sitio Ramsar en el año 2004 e integrado posteriormente (año 2009) al SNAP (Sistema Nacional de Äreas Protegidas). La tarea no resultó sencilla, el ingreso era a partir de un par de pequeños pueblos de la zona: San Javier y Nuevo Berlin. El problema es que ni siquiera en estos pueblos encontramos quien sepa guiarnos. Siguiendo nuestros instintos, logramos encontrarlos.
En este caso lo que quedo grabado en mi retina fue una pequeña bandada de Pirinchos, un poco extraños. Eran muy oscuros, a tal punto que me hizo dudar si no estaba en frente de una especie nueva para mi.
Izquierda: Pirincho (Guira guira) normal. Derecha: Ejemplar con eumelanismo.
Pero la similitud con el Pirincho (Guira Guira) era extraordinaria. No era la primera vez que veia un ejemplar melánico (en los felinos es muy común, no tan común en las aves), el problema era que no era un solo ejemplar, sino una bandada de unos 15 individuos y, la verdad, bastante amistosos y bochincheros. Ellos nos guíaron a través de los esteros. Los seguimos durante 1/2 hora aproximadamente hasta que se cansaron de nosotros. No parecían muy preocupados.
San Javier, Colonia rusa. Fundada por aproximadamente 300 familias que llegaron a principios del siglo pasado.
Este encuentro no terminó aquí, sino que por el contrario, siguió durante un largo tiempo, impulsándome a adentrarme en el mundo de las aberraciones cromáticas que era bastante mas extenso de lo que me imaginaba.